Por Rosano Moraes: VP de Infraestructura, Management y Automatización para CA Technologies Latinoamérica.
La información que se genera y multiplica constantemente en la web es una fuente infinita de posibilidades, pero su aprovechamiento depende de su análisis inteligente. ¿Qué separa a Big Data de Smart Data?
Big Data es un término que resuena últimamente en el mundo de las TI, y no es una moda sino que llegó para quedarse. Big Data aún tiene mucho que dar de sí misma, ya que se trata de gigantes cúmulos de información a los que es posible dar cientos de usos y aún no han sido explorados y explotados en todas sus posibilidades.
Por otra parte, la Big Data y sus usos también tienen sus variantes y así se puede hablar de Smart Data y Fast Data. El concepto de Smart Data hace referencia a aquellos datos que han pasado de ser una larga lista de números inconexos y se han convertido en información con significado de valor, útil para tomar decisiones y planear acciones. Esta transformación de los datos en estadísticas útiles se da por medio de algoritmos que procesan Big Data.
El análisis de datos a gran escala y los modelos predictivos que Big Data puede ofrecer al ser analizada pueden ser la clave, por ejemplo, para llevar la delantera en mercados nuevos y dinámicos, que cambian constantemente y antes resultaban impredecibles. Pero para aprovechar este potencial, es indispensable comprender que no se trata de cantidad de datos sino de la calidad de su análisis.
¿Qué puede aportar el análisis de la información?
Utilizando algoritmos inteligentes y eficaces, el abanico de posibilidades para aprovechar la información es inmenso. Es posible basarse en información anterior, por ejemplo, para crear modelos de consumo que se anticipen a las acciones y permitan decidir en qué invertir o de qué manera anunciarse. Pero también es posible analizar las conductas de los usuarios para brindarles una mejor experiencia de uso en los sitios web, o sacar conclusiones acerca de la productividad y competitividad de diferentes procesos para elegir el que resulte óptimo para el diseño de un nuevo producto.
Estos son sólo ejemplos de lo que se puede lograr simplemente dando un nuevo giro a la información con la que ya se cuenta. Por eso es necesario dar un paso más luego de la decisión de almacenar Big Data, y procesarla para convertirla en Smart Data: información inteligente que puede ser clave para la toma de decisiones.
Existe un dato que no es menor, y es que Big Data requiere de una enorme cantidad de recursos para ser analizada y aprovechada que incluye insumos tecnológicos de software y hardware y recursos humanos capacitados para el análisis. Sin embargo, la inversión en su análisis aporta los beneficios mencionados, y no hacerlo sería desperdiciar el gran recurso informativo con el que se cuenta.
En definitiva, Big Data es una gran mina de oro que está lista para ser explotada. Los datos almacenados son el material en bruto, que posee un gran valor en sí mismo, pero no se convertirá en algo útil hasta que se trabaje sobre él y se invierta en convertirlo en información inteligente. Smart Data, en cambio, es el material ya aprovechado, listo para que sus beneficios puedan reflejarse en los resultados de las compañías.